Mediante la fotografía, la escultura y la instalación, Andre Keichian crea obras que colapsan el tiempo y la distancia. A través de imágenes encontradas y recreadas, Keichian cuestiona historias reales y construidas, así como sus legados. Las obras a menudo se refieren a su familia y su migración a través de Oriente Próximo (Siria, Líbano, Armenia) hasta Francia, Argentina y Estados Unidos. Sus obras se basan en la fluidez de la identidad y la capacidad de encontrar conexiones entre generaciones.Andre Keichian es artista interdisciplinar y educador.
Su obra se ha expuesto internacionalmente en espacios como el Metropolitan Cultural Center (Ecuador), The Craft Contemporary Museum (Los Ángeles), Zuckerman Museum of Art (Georgia), El Centro Cultural Ricardo Rojas (Buenos Aires), Museum of Contemporary Art Atlanta y Anthology Film Archives (Nueva York), entre otros. Keichian fue organizador y miembro de at land's edge, una plataforma comunitaria experimental de base con sede en el sur y el este de Los Ángeles, y ha realizado varias residencias, entre ellas The Echo Park Film Center, The Camera Obscura y WonderRoot. Realizó un máster en Fotografía y Medios de Comunicación en el California Institute of the Arts y actualmente vive y trabaja en Los Ángeles.
El proyecto en curso del artista Andre Keichian gira en torno a un álbum de fotos que heredó de su abuela. Las instantáneas de sus abuelos, tíos y primos le permiten echar un vistazo a parientes que nunca conoció y a lugares que aún no ha visitado. Las fotografías fueron tomadas principalmente por su abuelo durante la migración transnacional de la familia, que huyó de Siria a Estados Unidos durante el genocidio armenio.
El álbum de fotos sirve de archivo y diario de viaje, documentando una historia personal que fácilmente podría haberse perdido en el tiempo o pasado por alto. La fragilidad y lo efímero de la foto familiar no se le escapa a Keichian, que ha creado obras que amplifican estas vulnerabilidades. Imita y amplía los procesos químicos de la fotografía utilizando agua salada, procedente del mar cercano a su casa de Los Ángeles. A medida que las fotografías se exponen, se van borrando lentamente. Keichian emplea el agua salada en su proceso como medio de conectar físicamente con la historia pasada y presente de su familia, ya que el océano tuvo mucho que ver en sus viajes desde el oriente a Francia, Argentina y Estados Unidos. Considera el exilio no sólo desde la perspectiva de la diáspora, sino también desde el concepto de ‘tercer espacio’. Keichian es una persona de identidad trans y se relaciona con la noción de lo intermedio a la que aluden estas imágenes no sólo a través de los viajes, sino también en la representación del género. Especula sobre la existencia de un espectro de feminidad y masculinidad en los retratos, lo que difumina aún más la traducción de las imágenes a través del tiempo y el espacio.
Los gifs, fotografías y vídeos que aparecen en The Backroom son un experimento continuo en el que Keichian anima y revisa imágenes familiares. Algunas fotos están agrupadas para imitar la experiencia de hojear un álbum. Otras están aisladas, invitando al espectador a considerar la identidad del retratado y la capacidad de la imagen para trascender en el tiempo. En otra zona del álbum, Keichian copia la letra de su abuelo, imitando cuidadosamente su caligrafía. A lo largo de la serie de imágenes, se intercalan negativos y escaneados de vitela, haciendo referencia a los aspectos materiales de la fotografía y creando sutiles velos y distorsiones. Keichian considera que su principal colaborador en este proyecto es un fantasma, "la relación acechante que tengo tanto con mis antepasados como con mi linaje".