La práctica de Stelios Kallinikou (1985, Limasol, Chipre; vive y trabaja en Nicosia, Chipre) explora las relaciones entre el acto de mirar y cómo nos posicionamos frente al mundo. Para él, las características corpóreas de la mirada tienen un efecto directo en nuestras concepciones culturales, políticas e incluso estéticas; a su vez, también están determinadas por las condiciones postcoloniales y económicas en las que nos desenvolvemos, así como por las tecnologías que utilizamos para mirar y retratar el mundo.

En este contexto, sus proyectos crean un juego constante entre aquello que se representa y lo que se deja fuera. Muchas de sus piezas enfatizan las maneras en las que representamos los paisajes y sus respectivos habitantes y, a través de ellas, cómo nos relacionamos con estos elementos visual, corporal y conceptualmente. Kallinikou trabaja principalmente con fotografía, imagen en movimiento y sonido, a menudo mezclando los tres soportes en una misma pieza y creando distintos cruces para cada exposición. En todos sus proyectos, el artista pone particular atención en las narrativas que las piezas crean en su conjunto.

La idea del archivo es central para su práctica. Cada nuevo proyecto implica reunir un nuevo conjunto de imágenes, ya sean tomadas por sí mismo o provenientes de otras fuentes, sobre todo de la historia del arte occidental o de internet. Posteriormente, trabaja con estas bases de datos, editando y entremezclando las imágenes para crear sus obras. Para The Backroom, Kallinikou toma imágenes de tres fuentes distintas: videos familiares que encontró en casa de sus padres, un video reciente tomado en las afueras de Limasol, y el registro de la destrucción de copias de exhibición de piezas suyas, en la cual él no estuvo presente. A través de pequeños gestos de edición, y la contraposición entre las imágenes y sus audios, Kallinikou cuestiona los límites en su propia práctica entre material de archivo y obra finalizada.